martes, 30 de septiembre de 2014

Sofistas

Educación Sofista

Los sofistas son un grupo de filósofos que viven la democracia ateniense del siglo V a.c. Atenas se proclama en ese momento centro de la  política, y también de la filosofía. Así, en estas condiciones, aparece este grupo de hombres cultos, creativos y llenos de iniciativa. Oradores, verdaderos pensadores sociales, se presentan como maestros que ofrecen sus servicios e imparten sus enseñanzas a cambio de un salario (muy criticado por los antiguos filósofos, convencidos de que la enseñanza se ejercía por amor a la propia enseñanza, y no por un salario).

Formar gobernantes era posible porque si bien en la democracia cualquier ciudadano tenía peso político y podía decidir con su voto en las Asambleas. Las propuestas se presentaban oralmente para su votación en dichas Asambleas, por lo que las mejor expuestas podían persuadir a los congregados para que las votasen; y, además, algunos de los cargos más importantes no se elegían por sorteo, sino que se otorgaban a aquellos que los ciudadanos consideraban mejor preparados para desempeñar dichos cargos. En ambos aspectos podía incidir la “educación sofista”: Ayudaba a mejorar las habilidades para hablar en público y aumentaba el nivel cultural y formativo de quien recibía dicha educación, preparándole como alguien apto para desempeñar esos cargos que no se sorteaban, sino que se otorgaban a los mejores entre los ciudadanos de la polis.
En esto radica la importancia de la educación para los sofistas: La virtud necesaria para obtener éxito en la vida social y pública se puede aprender con esfuerzo y ejercicio, por medio del aprendizaje, por lo que no había que ser un alto adinerado para alcanzar tal objetivo aunque sí que se tenía que disponer de dinero suficiente para pagar tal aprendizaje. Por esto creía el sofista que estaba en disposición de impartir esos cursos privados y cobrar por ellos: porque lo que transmitía era un conocimiento útil, utilísimo, para triunfar en el ámbito social, político y personal. Un sofista como Protágoras pensará que el éxito de la educación no llegaría a ser tal si no se ejercitase. 

Personalmente, me agrada la idea. Todos podemos llegar a ser cultos, sabios, pero debemos ejercitarla con esfuerzo. Al menos, esta mucho mejor que aquella que decía que  la mayoría estábamos condenados desde nuestro nacimiento, de forma natural, a la ignorancia y sus nefastas consecuencias.
Escuela Sofista

2 comentarios:

  1. Bueno Sheila… Por un lado se nota que está escrito por ti (eso es bueno, es uno de los objetivos del blog), pero por otra parte no tocas ningún tema nuevo. Lo que dices está en los apuntes y se trata de ampliar o buscar información relacionada.
    Saludos

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  2. Esta bien Shei! Quiza un pelin demasiado informativa, pero me gusta mucho como lo enfocas :) y concuerdo completamente con tu opinion!

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